Mejor no hagas nada
- EnigmaticPeople
- 7 mar
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 9 abr

En el mundo de los negocios y la educación, la situación no es diferente: actuar sin una visión estratégica a largo plazo es un riesgo que muchos directores y líderes de instituciones cometen sin darse cuenta.
Este Insights trata sobre el colegio, pero se podría aplicar a cualquier tipo de empresa.
Desde siempre, el colegio ha sido concebido como una institución educativa, un espacio dedicado a formar a los futuros ciudadanos, pero rara vez se ha considerado como una empresa. Este enfoque ha llevado a muchos líderes educativos a ignorar un aspecto fundamental: al igual que cualquier otra organización, el principal reto de un colegio es generar ingresos para sostener su misión y garantizar su viabilidad a largo plazo. Muchos asumen que esos ingresos solo pueden provenir de las matrículas de los estudiantes, sin considerar que, al igual que las empresas, los colegios también pueden explorar océanos azules: nuevas oportunidades de ingresos más allá de las fuentes tradicionales. No ver al colegio como una empresa ha llevado a muchos a sufrir las consecuencias de no diversificar sus fuentes de ingresos, limitándose a verlo únicamente como un servicio a la comunidad. Sin embargo, estas dos visiones, la educativa y la empresarial, no son mutuamente excluyentes, sino complementarias.
En lugar de tomar decisiones estratégicas para el futuro, muchos se enfocan en obtener resultados inmediatos. Este enfoque, aunque aparentemente efectivo a corto plazo, es comparable a moverse dentro de una tela de araña o caminar sobre arenas movedizas: cuanto más se avanza sin rumbo, más atrapado se queda uno, y al final, es más difícil salir de la situación. Este fenómeno ocurre cuando las acciones tomadas sin una planificación estratégica crean un ciclo vicioso que, en vez de acercar a la institución o empresa a sus metas, la aleja cada vez más de ellas. Las decisiones tomadas sin una perspectiva futura pueden condicionar seriamente los resultados a largo plazo, dejando una huella difícil de borrar.
Un ejemplo claro de esto lo tenemos en Kodak, la histórica empresa de fotografía que, en su momento, dominaba el mercado. Kodak fue pionera en la fotografía digital, pero al no prever la revolución del mercado y centrarse únicamente en su negocio de cámaras y rollos fotográficos, se aferró al corto plazo y perdió la batalla. En lugar de ver la disrupción tecnológica que venía, prefirieron mantener su modelo de negocio tradicional, apostando por productos físicos. Al final, Kodak no solo perdió su liderazgo, sino que se declaró en quiebra en 2012, un claro ejemplo de cómo una estrategia miopática puede hundir a una empresa que no se adapta a los cambios futuros.
El ciclo vicioso que se crea en estas situaciones cuando toman decisiones cortoplacistas para obtener resultados inmediatos y que a menudo retrasa el cambio necesario, y esas decisiones mal tomadas condicionan la capacidad de una empresa o institución educativa para adaptarse a nuevas realidades. Es como intentar resolver un problema superficial sin ir a la raíz.
Por ejemplo, un colegio que opta por invertir en aulas de infantil sin tener en cuenta las de ESO o Bachillerato, comunicar que trabajan en programas STEM y tener aulas tradicionales, o anunciar que son innovadores sin reflejarlo en sus equipos o acciones, es un claro ejemplo de no tener clara la identidad institucional. Es no saber qué personalidad de marca se desea para construir una estrategia clara y coherente.
Cuando hace años iniciamos nuestro camino con MeOrienta, tuvimos claro que muchas de las preguntas que nos hacemos las personas no tienen respuesta fuera, sino dentro. Decidir el futuro pasa por saber quién eres, qué puedes hacer mejor y en qué te quieres convertir a largo plazo. Es a partir de ese momento cuando se debería decidir el camino académico más estratégico. Las decisiones deben tener en cuenta lo que apasiona, pero sobre todo deben tener propósito.
En las empresas y en los colegios debería hacerse lo mismo: Primero es saber quién es tu institución, cuál es la personalidad de marca que deseas, para poder construir a continuación tu estrategia 4V (Instalaciones, servicios, equipos y comunicación) para el futuro.
Recuerda que, cada vez que te mueves sin tener clara tu personalidad de marca, te quedas más atrapado en una tela de araña de la cual te será difícil salir.
No podemos decidir por ti, pero sí podemos ayudarte a tomar decisiones proporcionándote información de gran valor.
Podemos ayudarte a:
Conocer las opciones que tienes en océano rojo y océano azul.
Formarte para saber cómo funciona la mente humana, cómo se relaciona con las marcas y cómo opera el neuromárketing.
Identificar tu personalidad de marca digital y compararla con la de tus competidores.
Conocer la percepción de Padre Enigmático, como si de un padre real se tratara.
Conocer también cuál es la personalidad de marca que perciben tus stakeholders y cual desearían que tuvieras.
Conocer las tendencias de matriculación para los próximos 24-36 meses.
Todo esto para ayudarte a que puedas decidir tu personalidad de marca y tu punta de lanza con información objetiva, y que puedas diseñar a continuación tu estrategia 4V. (Instalaciones, metodologías y proyectos, Equipos y Comunicación)
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